Los países que más petróleo consumieron cada día el año pasado, expuestos en un gráfico que supone un golpe de realidad

Aunque el avance de las energías renovables es notable, el petróleo continúa siendo la principal fuente de energía mundial. Incluso cuando grandes petroleras iniciaron el proceso hacia la descarbonización, recientemente han retomado su apuesta por el crudo, revelando que sigue siendo altamente rentable. Se proyecta que la demanda de petróleo seguirá en aumento.

El consumo de petróleo sigue siendo liderado por Estados Unidos y China, con cifras que destacan notablemente sobre otros países. A nivel global, se consumieron aproximadamente 101,4 millones de barriles al día en el año referenciado, dominado en su mayoría por los diez primeros países consumidores que juntos abarcan el 61% del consumo. Esta distribución señala no solo una concentración del consumo sino también una acentuada diferencia entre regiones, siendo notable la escasa presencia de países sudamericanos entre los mayores consumidores y una distribución más equilibrada en Europa, excluyendo a Rusia.

El petróleo no solo se utiliza masivamente en el sector transporte, especialmente en países como Estados Unidos donde representa el 70% de su consumo, sino también en el industrial como materia prima. Mientras en China, a pesar de su enorme inversión en renovables, el petróleo sigue siendo clave para el transporte y la industria, aunque su rol en la generación de electricidad sea menor, optando por otras fuentes como el carbón, la energía hidroeléctrica, la nuclear y las renovables.

A futuro, se espera que la demanda de petróleo no solo persista sino aumente, pese a la expansión de las renovables. La Agencia Internacional de Energía y la OPEP+ han revisado al alza sus previsiones de suministro y demanda global, proyectando incluso un crecimiento de los envíos de crudo. Además, países como China buscan una mayor participación en la producción global de petróleo. Este mercado, de por sí volátil, sigue estando muy influenciado por dinámicas geopolíticas y conflictos regionales, pero la tendencia sugiere un continuo y potencial aumento en el consumo hacia 2025.