En las universidades chinas, el uso de la inteligencia artificial (IA) es casi universal entre estudiantes y profesores, con solo el 1% afirmando no usarla, y cerca del 60% utilizándola frecuentemente. Este cambio marcado se ha impulsado por la rápida adopción y promoción de herramientas como ChatGPT. Ahora, instituciones educativas como la Universidad de Zhejiang y otras universidades de renombre han hecho obligatorias asignaturas de IA y han desarrollado cursos abiertos a todas las disciplinas, demostrando la importancia de la IA en la educación.
China está liderando con su enfoque estructurado hacia la educación en IA, estableciendo guías internas y desarrollando programas centrados en modelos generativos locales como DeepSeek y Doubao de Baidu. Incluso a niveles más bajos de educación, el Ministerio de Educación chino ha emitido guías nacionales para enseñar IA desde la primaria, enfocándose en fomentar el pensamiento crítico y la fluidez digital.
Por otro lado, España también está adaptándose, con universidades ofreciendo nuevos grados centrados en IA y aplicando un enfoque que mantiene el pensamiento crítico en el centro del aprendizaje de IA. En el contexto más amplio de Occidente, la situación es mixta. Instituciones en EE. UU. y Europa están tomando iniciativas para incorporar la IA en sus programas educativos, aunque con un enfoque menos centralizado que en China, dependiendo en gran medida de las decisiones institucionales y docentes individuales.
Este panorama sugiere dos enfoques distintos ante la incorporación de la IA en la educación: mientras China adopta una estrategia más estructurada y planificada desde los niveles educativos más básicos hasta la universidad, Occidente sigue un modelo más flexible y descentralizado. Sin embargo, ambos reconocen la importancia crítica de dominar estas herramientas para el futuro.
