OpenAI está demostrando ser capaz de superar en viralidad a Meta. Se suponía que su misión no era esa

OpenAI ha lanzado Sora, una aplicación social para crear y compartir vídeos cortos generados por IA, que ha revolucionado las redes sociales superando incluso a Meta Vibes, la propuesta de Mark Zuckerberg en este segmento. Sora 2 ha capturado la atención de usuarios y medios, ofreciendo una plataforma donde todo el contenido es generado por IA, lo que ha representado un triunfo en la carrera por captar la economía de la atención. Este éxito ha evidenciado un cambio estratégico en OpenAI, de prometer una Inteligencia General Artificial (AGI) a concentrarse en «juguetes de IA» como Sora 2 y aplicaciones anteriores que generan imágenes al estilo Studio Ghibli.

Sin embargo, este enfoque trae consigo preocupaciones sobre la privacidad y el potencial de generar deepfakes, así como el riesgo de que el contenido tóxico y superficial domine las redes. Lo que emerge es una IA centrada en el entretenimiento y la creación de memes, más que en resolver problemas reales. Aunque la tecnología de IA sigue progresando y encontrando aplicaciones prácticas, la facilidad para generar vídeos con Sora muestra una predilección por el contenido viral y efímero.

Este fenómeno refleja tanto las posibilidades como los desafíos de la IA en la sociedad actual. Mientras las herramientas como ChatGPT y DALL-E ya habían marcado hitos en la generación de texto e imágenes por IA, Sora 2 y Veo 3 evidencian que el vídeo generado por IA está listo para dominar el consumo masivo, aunque su valor práctico a largo plazo sea debatible. La popularidad de Sora reitera la seducción del entretenimiento por encima de soluciones a problemas significativos, dibujando un futuro donde la IA es más creadora de memes que una herramienta de cambio revolucionario.