«optimizar» a sus bebés incluso antes de que nazcan

La película Gattaca advirtió sobre un futuro donde el ADN define el destino de las personas, un concepto que hoy se acerca a la realidad con el auge del cribado genético en Silicon Valley. Startups como Nucleus Genomics, Herasight y Orchid Health ofrecen análisis de ADN de embriones para predecir el IQ y la propensión a enfermedades, a precios que varían desde los 2.500 hasta los 50.000 dólares. Este mercado atrae especialmente a las élites tecnológicas, con figuras como Elon Musk promoviendo la idea de que los individuos con alto coeficiente intelectual se reproduzcan más.

Detrás de esta tendencia se mezclan distintas motivaciones, desde la prevención de enfermedades hasta aspiraciones de ingeniería social y pronatalismo, impulsadas por la crisis de natalidad en países como EE.UU. El proceso de selección de embriones inicia con las técnicas tradicionales de FIV y se complementa con algoritmos que estiman características genéticas. Sin embargo, la ciencia detrás de estas predicciones es cuestionable, con modelos poligénicos que explican solo una pequeña parte de la variabilidad en rasgos como el IQ, y las técnicas de secuenciación pueden introducir errores significativos.

Además, hay un debate ético sobre estas prácticas, ya que la selección de embriones basada en características deseadas puede tener implicaciones no deseadas, como aumentar la predisposición a trastornos genéticos. También se cuestiona si esto representa una forma de eugenesia, alentando la división social basada en el ADN. Silicon Valley, con su interés en la genética reproductiva, enfrenta críticas por promover una visión de futuro donde los hijos son optimizados en laboratorios, planteando interrogantes sobre los criterios de mejora humana y la división social que esto podría provocar.