El Gobierno de España había programado un cierre escalonado de centrales nucleares entre 2027 y 2035, creyendo cerrar el debate en 2019. No obstante, la situación cambió iniciando en Almaraz, la primera central en la lista de cierre. La reapertura del debate involucra a actores clave: eléctricas, gobierno, oposición y población, discutiendo si seguir adelante con el plan o extender la operatividad de las plantas nucleares.
Las eléctricas, especialmente Iberdrola y Endesa, buscan condiciones favorables para prolongar la vida útil de las centrales nucleares. Argumentan que la demanda de electricidad está creciendo, especialmente por los centros de datos, y una reducción de oferta nuclear podría encarecer el precio de la luz hasta un 25%. En contraste, Naturgy y EDP han mostrado menos interés en extender la operatividad de estas plantas. La necesidad de unanimidad entre los socios de cada central para aprobar prórrogas complica la situación. Las empresas consideran miniprórrogas de 2 a 3 años o la reorganización de la propiedad de las centrales para facilitar la toma de decisiones.
El Gobierno mantiene la postura de seguir el calendario de 2019 pero muestra cierta flexibilidad, condicionando cualquier renegociación al acuerdo entre las eléctricas. Por otro lado, el Congreso de los Diputados, a través de una proposición no de ley, ha mostrado intención de prorrogar la vida útil de las nucleares, aunque esta medida no modifica el plan de cierre.
Mientras tanto, España se acerca a la meta del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC 2023-2030) de generar el 81% de la electricidad mediante fuentes renovables en cinco años. Sin embargo, la necesidad de una fuente de energía continua se vuelve evidente, especialmente con el aumento del consumo por centros de datos y la variabilidad de las energías renovables. Esto ha llevado a explorar alternativas como el almacenamiento energético.
Paralelamente, se investiga la fusión nuclear con proyectos como RODAS, buscando desarrollar una fuente de energía limpia y prácticamente inagotable. A pesar del optimismo, esta tecnología todavía tiene desafíos por superar antes de ser una alternativa viable a gran escala.
