La nueva era del rearme en Europa, impulsada por la invasión rusa de Ucrania, ha forzado a los gobiernos europeos a reevaluar y revitalizar su industria de defensa. España, en particular, ha adoptado un rol crucial en este proceso, con una sólida red de compañías como Navantia, Indra, ITP Aero, y Escribano destacando en el desarrollo y suministro de tecnología militar avanzada. Un informe de PwC para TEDAE, publicado en 2024, subraya la importancia económica y laboral de la industria de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio en España, generando 21.919 millones de euros de PIB y más de 260.000 empleos.
La ambición española en el panorama de defensa se ve reflejada en el esfuerzo por alcanzar una mayor dimensión en el sector, apuntando hacia una cooperación y compartición de capacidades entre las empresas, en lugar de centrarse en la creación de un «campeón nacional». Esta visión se alinea con las advertencias sobre la necesidad de una estrategia de rearme que trascienda lo puramente industrial, incidiendo en una «cultura estratégica» basada en criterios de seguridad y visión a largo plazo.
Navantia y sus programas estratégicos vinculados a las fragatas F-110 y submarinos S-80, Indra con su liderazgo en tecnología y sistemas de defensa, ITP Aero especializada en turbinas y motores para proyectos europeos significativos, y Escribano en optrónica y munición inteligente, son ejemplos de cómo la industria de defensa española está desempeñando un papel fundamental en la modernización militar europea. Además, empresas como Sapa, GMV, y Sener Aeroespacial refuerzan este tejido industrial con especializaciones en movilidad de vehículos blindados, sistemas de comando, control, ciberdefensa y aeroespacial.
La consolidación de este ecosistema industrial no solo representa una oportunidad de crecimiento económico y tecnológico para España, sino también una obligación de coordinar un entorno todavía fragmentado, buscando alcanzar la autonomía tecnológica europea a través de una estrategia que combine inversión, soberanía e innovación. La defensa española se encuentra, por lo tanto, ante una década decisiva donde el auge del gasto militar y los programas europeos ofrecen un momento único para fortalecer su posición en el ámbito de la seguridad y defensa continental.
