Stephen Elop se unió a Nokia en septiembre de 2010, en un tiempo crítico para la compañía que veía cómo su dominio en el mercado de teléfonos móviles se desvanecía ante la emergencia de iOS y Android. Con un rico bagaje profesional que incluyó importantes cargos en Macromedia, Juniper Networks y Microsoft, Elop asumió la tarea de liderar Nokia hacia una nueva dirección. Dentro de Microsoft, contribuyó significativamente al avance hacia soluciones basadas en la nube.
Al llegar a Nokia, Elop enfrentó el desafío de reinventar la empresa en un mercado que ya no era dominado por la calidad del hardware o software, sino por los ecosistemas que integraban dispositivos, aplicaciones y servicios. En este contexto, identificó a la plataforma Symbian de Nokia como obsoleta frente a las crecientes ofertas de sus competidores y describió a la compañía como una «plataforma en llamas».
En un movimiento audaz, Elop optó por formar una alianza con Microsoft en lugar de adoptar Android, buscando diferenciarse en el mercado. Esta decisión llevó al lanzamiento de los teléfonos Nokia Lumia con Windows Phone, una plataforma que prometía pero que no cumplió con las expectativas en términos de captación de mercado y desarrollo de aplicaciones. La cuota de mercado de Nokia continuó en declive, llevando a Microsoft a adquirir su negocio de dispositivos móviles por 5.400 millones de dólares.
Elop fue considerado como posible sucesor de Steve Ballmer al mando de Microsoft, un papel que finalmente recayó en Satya Nadella. Posteriormente, Elop lideró el grupo de dispositivos en Microsoft, enfocándose en productos como HoloLens y la banda Microsoft Band, hasta su salida en 2015.
La carrera de Elop siguió en Telstra, aunque por poco tiempo. Su liderazgo y decisiones estratégicas han dejado huella en el sector tecnológico, no sin controversia. Hoy, apartado de los focos mediáticos, Elop continúa su carrera profesional en organizaciones como Digital.ai y Nintex, y se dedica a su pasión por volar. Su trayectoria destaca por sus intentos de cambiar drásticamente destinos empresariales en tiempos de crisis, aunque no siempre con el éxito esperado.
