En octubre de 2022, el Parlamento Europeo aprobó una ley que establece el cargador único USB-C como estándar para dispositivos electrónicos vendidos en la región, con un plazo hasta finales de 2024 para que entre en vigor. Esta normativa, incluida en España, tiene como objetivo estandarizar los cargadores para reducir los residuos electrónicos. La ley abarca dispositivos como teléfonos móviles, tabletas, cámaras, y más, ampliándose a portátiles en abril de 2026. Además, introduce la obligación para los fabricantes de incluir un pictograma en la caja que indique si el producto incluye cargador, la potencia mínima y máxima admitida, y si soporta el protocolo Power Delivery (PD) para carga rápida superior a 15W. Esta medida busca facilitar a los consumidores la identificación de las características de carga de los dispositivos y promover la compatibilidad entre diferentes marcas.
La industria ya ha comenzado a adaptarse a esta norma, ofreciendo dispositivos con USB-C. Esto significa que muchos usuarios no notarán cambios significativos en su experiencia, dado que la transición hacia el USB-C ya está bastante avanzada. No obstante, se espera que la uniformidad en los tipos de cargadores simplifique la carga de dispositivos, permitiendo usar un mismo cable para múltiples aparatos, desde teléfonos hasta portátiles, una vez que la normativa se aplique plenamente. Esta unificación busca también minimizar los desafíos presentados por el actual caos de conectores, aunque ha habido algunas críticas y contrapartes mencionadas respecto al estándar USB-C.
