La trágica muerte de Sunjay Kapur, un acaudalado empresario indio, ha sacudido al mundo por la peculiaridad de sus circunstancias. El incidente tuvo lugar el pasado 12 de junio mientras Kapur participaba en un torneo de polo en Windsor, Inglaterra. Testigos afirman que, en un momento del juego, Kapur exclamó haber tragado algo accidentalmente, momento seguido de su colapso. Pese a los intentos de reanimación, el empresario falleció en el acto.
El impacto de su muerte se debe a la causa insólita señalada por diversas fuentes; a Kapur le picó una abeja en la boca o el esófago después de tragársela accidentalmente, provocándole un shock anafiláctico que resultó fatal. Este tipo de reacción alérgica severa a la picadura de himenópteros, como abejas, avispas y hormigas, puede ser letal, especialmente si ocurre en áreas críticas como la garganta, donde puede causar inflamación severa y bloqueo de las vías respiratorias.
Aunque la probabilidad de fallecimiento por picaduras de estos insectos es baja, con estimaciones entre 0,03 y 0,48 muertes por millón de personas al año en la Unión Europea, el caso de Kapur resalta la fatalidad potencial de tales encuentros, aún en circunstancias extremadamente raras como la ingestión accidental durante una actividad física intensiva.
Sunjay Kapur no solo era conocido por su fortuna, calculada en 1.200 millones de dólares procedentes en gran medida de Sona Comstar, una empresa destacada en la fabricación de componentes para la industria automotriz, sino también por su relación con el príncipe Guillermo y su presencia en el ámbito social indio e internacional. Kapur, quien lideró la expansión de su empresa hacia el sector de los vehículos eléctricos y estuvo casado con la actriz de Bollywood Karisma Kapoor, deja un legado profesional notable y una historia personal que ha capturado la atención pública por la extraordinaria naturaleza de su fallecimiento.
