Tesla, la empresa pionera en vehículos eléctricos liderada por Elon Musk, enfrenta un complejo momento a principios de 2024, mostrando señales de una fase crítica en su historia. Pese a la estrategia de despidos, que afectó al 10% de su plantilla, y a una serie de resultados financieros que revelan un declive significativo en ventas y beneficios, sorprendentemente, el valor de sus acciones ha experimentado un aumento.
Este panorama contrasta con el éxito anterior de Tesla, particularmente con el Model Y, que logró convertirse en el coche más vendido a nivel global, marcando un hito para los vehículos eléctricos. Sin embargo, el comienzo de 2024 ha revelado una disminución del 8.5% en ventas de modelos y una caída del 9% en ingresos, con un descenso aún más dramático de un 55% en beneficios netos. Este descenso se enmarca en un contexto internacional complicado para el sector del coche eléctrico, con marcas reconociendo retrasos en sus objetivos de electrificación total y un mercado que exhibe signos de estancamiento en la demanda.
Además, Tesla ha afrontado desafíos logísticos derivados de conflictos geopolíticos y acciones de sabotaje en su fábrica de Berlín, lo que complica aún más su operativa. Aun así, las perspectivas de futuro según Musk se centran en la conquista de la conducción autónoma, prometiendo logros revolucionarios en este campo, aunque sus afirmaciones históricamente han suscitado escepticismo.
El CEO enfoca la estrategia de la compañía hacia el desarrollo del mejor vehículo autónomo y la promesa de operar millones de estos como robotaxis es una visión que, de concretarse, podría transformar radicalmente el modelo de negocio de Tesla y del transporte personal. Sin embargo, hasta el momento, la compañía ha enfrentado dificultades en cumplir estas ambiciosas promesas, especialmente en lo que respecta al desarrollo de su sistema Full Self-Driving (FSD) al nivel de autonomía demandado.
En este periodo crítico para Tesla, la competencia se intensifica y la anticipación de un vehículo eléctrico más accesible, como el mencionado Model 2 de 25.000 dólares, sigue siendo una promesa lejana. La situación actual de Tesla refleja tanto sus desafíos inmediatos como las grandes apuestas de futuro por parte de Elon Musk, cuyo éxito o fracaso influirá decididamente en la trayectoria de la empresa y del sector automotriz eléctrico en general.
