un enorme depósito de tierras raras

La «fiebre del oro» del siglo XXI dista mucho de la búsqueda de oro del siglo XIX en California y se enfoca en materiales de gran valor para la industria tecnológica conocidos como tierras raras, fundamentales en la fabricación de componentes electrónicos y otros productos de alta tecnología. China, consciente del valor estratégico de estos recursos, ha conseguido una posición dominante en su explotación y distribución, derivando su atención también hacia los vastos recursos del Himalaya y la inteligencia artificial (IA) para potenciar la exploración minera.

Una filtración del South China Morning Post reveló que geólogos chinos identificaron importantes reservas de tierras raras y litio en el Himalaya hace unos diez años, potencialmente superiores a las ya explotadas por China. Estos descubrimientos podrían solidificar aún más el dominio chino en el sector. Sin embargo, la localización y explotación de estos recursos no está exenta de desafíos, tanto técnicos por la dificultad de acceso y análisis de una región tan vasta y remota, como geopolíticos debido a disputas territoriales con India, que podrían generar tensiones adicionales entre ambas potencias.

China no solo ha aumentado sus operaciones mineras en el Himalaya sino que también ha invertido en infraestructura para facilitar estas actividades, incluyendo el uso de la inteligencia artificial para mejorar la precisión en la identificación de depósitos de minerales críticos. Esta IA, desarrollada por científicos chinos, ha mostrado una alta precisión en la detección de ciertos tipos de granito que pueden contener materiales de gran valor como niobio, tantalio o litio.

Paralelamente, la dependencia de tierras raras ha preocupado a otras partes del mundo, incluyendo Europa, Japón y Estados Unidos, quienes buscan diversificar sus fuentes de estos materiales vitales para reducir su dependencia de China. La exploración de nuevos yacimientos y la aplicación de tecnologías como la inteligencia artificial se han vuelto estrategias clave para estos países en su búsqueda por asegurar el acceso a estos insumos críticos para la tecnología emergente y la transición hacia una economía más verde. La competencia por recursos como las tierras raras subraya la importancia estratégica de estos elementos, no solo para la tecnología y la economía sino también para la geopolítica global.