Una central nuclear de EEUU iba a cerrar tras quedarse sin subsidios. Mark Zuckerberg ha aprovechado para quedársela

El auge de la inteligencia artificial (IA) ha llevado a un incremento sin precedentes en el consumo de energía por parte de las empresas tecnológicas, tanto así, que compañías como Meta (anteriormente conocida como Facebook) han comenzado a invertir en energía nuclear como fuente de electricidad para sus centros de datos. Meta recientemente firmó un acuerdo de 20 años con Constellation Energy Corp., el mayor operador nuclear en Estados Unidos, para suministrar 1.121 megavatios de energía desde su central de Clinton, en Illinois, a los centros de datos de la compañía. Este contrato, que comenzará en 2027 y se extenderá hasta 2047, se firma justo cuando el subsidio estatal que mantenía operativa la central nuclear está por expirar, destacando el cambio de paradigma en la fuente de energía para la operación de infraestructura crítica de TI.

Históricamente, la central de Clinton estaba en riesgo de cierre debido a la incapacidad de competir con fuentes de energía más económicas como el gas natural y el auge de las renovables. Un paquete de subsidios a 10 años aprobado por el gobierno de Illinois en 2017 salvó a la central de su cierre inminente. La decisión de Meta de invertir en energía nuclear se da en un momento en que el consumo eléctrico de la empresa se ha casi triplicado de 2019 a 2023, impulsado por la demanda de entrenar y operar modelos de IA generativa que requieren una enorme cantidad de energía.

La energía renovable, a pesar de ser fundamental para las estrategias de descarbonización, presenta el problema de la intermitencia. En contraste, la energía nuclear ofrece un suministro masivo y estable, permitiendo a las compañías como Meta mantener sus compromisos de neutralidad en emisiones de carbono. Esta tendencia no es exclusiva de Meta; otras grandes tecnológicas como Microsoft y Amazon Web Services también han recurrido a la energía nuclear para alimentar sus operaciones de IA, lo que indica una estrategia consolidada hacia la estabilización del suministro energético para las demandas de la era digital.