Una empresa ha creado una alternativa al reconocimiento facial. No escanea rostros y su uso ya empieza a generar controversia

En un mundo donde el reconocimiento facial por parte de las fuerzas del orden ha sido prohibido en ciudades como San Francisco, surge una nueva tecnología, Track, desarrollada por Veritone. Este sistema, lejos de analizar rostros, se enfoca en identificar a las personas a través de características físicas y estilísticas como la complexión, el color y estilo del cabello, la ropa, los accesorios y el calzado, sin hacer explícito uso del tono de piel para la búsqueda. Track permite crear cronologías de movimientos de una persona a través de diferentes vídeos, proporcionando así una herramienta poderosa para seguir a individuos sin necesidad de reconocer su cara.

Esta tecnología ya está siendo utilizada por más de 400 clientes en Estados Unidos, incluyendo policías estatales y locales, universidades y empresas privadas. Incluso fiscales federales del Departamento de Justicia han empezado a implementarla. Disponible en plataformas en la nube como Amazon Web Services y Microsoft Azure, Track promete ampliar sus capacidades para permitir el análisis en transmisiones en vivo, abriendo la puerta a una forma de vigilancia en tiempo real.

El debate sobre la privacidad se intensifica con Track, dado que, aunque no utiliza datos biométricos como los rostros o huellas dactilares, sí recopila información física y estética que podría ser tan intrusiva como el reconocimiento facial. Organizaciones de derechos civiles y especialistas en derechos digitales alertan sobre el potencial de esta tecnología para expandir significativamente las capacidades de vigilancia. Además, al no basarse en características biométricas tradicionales, Track podría evadir las leyes actuales que regulan el reconocimiento facial, posicionándose en una zona gris desde el punto de vista legal, lo que aumenta las preocupaciones sobre su impacto en la privacidad y las libertades individuales.