En abril de 2023, Taiwán se encontró una vez más frente a una demostración de fuerza por parte de China, con una flota de 21 barcos y el portaaviones Shandong realizando ejercicios militares cerca de sus costas. Esta situación, ya familiar para la isla, llevó a Taiwán a activar un plan de contingencia en respuesta a las crecientes tensiones. La maniobra china fue ampliamente condenada por el G7, quienes la describieron como provocativa y desestabilizadora, expresando preocupación por el incremento de tales acciones en el estrecho de Taiwán. Este escenario de hostilidad ha obligado a Taiwán a ejecutar un ejercicio militar sin precedentes, simulando una posible invasión por parte del Ejército Popular de Liberación (EPL) chino, extendiendo las maniobras anuales Han Kuang a 14 días.
En estos ejercicios, Taiwán está validando estrategias de guerra asimétrica, aprovechando tecnologías y tácticas que compensan su desventaja numérica frente al EPL. Se incluyen drones, tanques M1A2T, sistemas de cohetes HIMARS, misiles antitanques TOW 2B, y baterías de misiles costeros Harpoon. Además, se anticipan pruebas en una fase de fuego real, prevista para julio, donde se simulará combate urbano y se evaluará el desempeño de estos sistemas recientemente integrados.
Por su parte, Estados Unidos sigue mostrando su apoyo a Taiwán, con la presencia de personal militar estadounidense como observadores en las simulaciones, indicando una continuidad de la cooperación defensiva entre ambas naciones. A medida que Taiwán se prepara para futuros escenarios de conflicto, la capacidad de la isla para organizar respuestas coordinadas y efectivas contra agresiones exterioriza una postura firme frente a las intimidaciones y presiones militares de China.
Este conflicto no sólo resalta las tensiones geopolíticas en la región sino que también subraya la importancia de Taiwán en el panorama global, especialmente debido a su papel crucial en la cadena de suministro de semiconductores. Una eventual guerra podría tener consecuencias devastadoras para la economía mundial, sugiriendo algunos que dichos conflictos podrían forzar un necesario reajuste en un sistema económico global ya fracturado. En medio de estas tensiones, Taiwán se esfuerza por proyectar su capacidad de defensa y determinación para mantener su soberanía.
